¿Estamos acabando o acabamos de empezar?
Llevamos ya unas semanas en las que todos los directivos con los que hablo me transmiten la sensación de que se acaba el período de emergencia en las empresas. Existe la percepción compartida de necesidad imperiosa e inaplazable de abrir un período de desconexión. Desconexión de la realidad, de las noticias, de la información, de la empresa, de nuestros trabajos, y, en general, de todo lo que hemos venido haciendo los últimos meses. Y es comprensible. La presión, y la intensidad y gravedad de las emociones y situaciones que hemos vivido (y estamos viviendo) requieren un descanso.
Por un lado, tenemos la necesidad de acabar con este “período de emergencia”, aunque no dependa de nosotros su finalización. Pero por otro, el desconocimiento enorme del “nuevo período” nos llena a partes iguales de la emoción de lo nuevo y el miedo a lo desconocido.
Los comités ejecutivos no se han reunido, hasta ahora, de forma presencial. Y ésta era la forma en la que venían trabajando, como equipos, hasta este momento. Es cierto que durante este largo período de tiempo se han seguido tomando decisiones, pero siempre desde el prisma de la emergencia, la urgencia y lo inaplazable.
Ahora los Ceos, los Comités de Dirección y los Directores de RRHH, deben empezar a decidir, de verdad, sobre el futuro. Ese futuro que todos los gurús se atrevían a dibujar en webinars, zooms y artículos diversos. Ese futuro sobre el que hay que tomar decisiones sin información fiable, y sin experiencias pasadas que nos puedan guiar.
¿Estamos, realmente acabando una etapa? ¿O acabamos de empezar una nueva? Como decía mi admirado Pau Donés:
Depende
De qué depende
De según como se mire
Todo depende