¿Cuántas veces te van a tocar las narices con la pregunta de cuando vamos a volver a la antigua normalidad en la oficina? Sí, el teletrabajo está muy bien pero casi mejor volver progresivamente a la oficina, ya sabes, aquí estamos mejor, te dice tu director general. Y ahora tú tienes la patata caliente de hacer una cosa o la contraria como si en lugar de ser un humilde director de Recursos Humanos fueses un gurú del ministerio o un tertuliano de referencia. La ventaja es que tienes unos consejeros de cabecera, como yo, que te ayudan en el análisis … pero no en la decisión porque allí acertarás o errarás tú solo, o sola.
Lo primero es mirar a tu entorno. ¿Qué hacen otras empresas? ¿Qué le dicen a tu Director General sus amigos en las cenas? Pues están igual que tú, mirando como los pistoleros antes del duelo y sin desenfundar. Muchas de ellas están pasando mensajes para volver después de las vacaciones de verano con un formato mixto; parece que dos días por semana de teletrabajo se está convirtiendo en un estándar pero no olvidemos que eso supera el 30% de la jornada o sea que habrá que pactarlo. En esa línea, bastantes empresas han comenzado a probar con ese formato y parecía que iba bien hasta que la quinta ola se lo ha llevado por delante, pero no dudo de que van a recuperarlo en cuanto se pueda. La Generalitat ha optado por esa fórmula para sus funcionarios, una referencia.
¿Y cuándo se podrá? Nadie tiene una respuesta taxativa y, en mi opinión, no depende tanto de la evolución de la pandemia como de otros factores más bien psicológicos. Si pensamos en dónde se producen los contagios, el lugar de trabajo no encabeza el ranking: te has ocupado de las mascarillas, la distancia social, protocolos seguros, mamparas, etc por lo que no parece que volver a la oficina aumente drásticamente el riesgo; sin embargo, si se produce un brote en tu empresa porque trabajan en un espacio abierto, va a ser difícil convencer a alguien de que hemos protegido debidamente a todos los trabajadores. Dirás con razón que es injusto: dedicamos un quinto de nuestro año a trabajar y los restantes cuatro quintos al resto de cosas que incluyen contacto con otras personas, mezcla de burbujas, restaurantes donde solo lleva mascarilla el camarero, viajes a la Costa Brava como cada año, helados en Salou con el paseo Marítimo colapsado, etc.
¿Y qué pasa con el efecto de las vacunas? A mitad de septiembre llegaremos al 70% de la población vacunada, la presente ola se habrá doblegado, el ansia de fiesta juvenil se refrenará con la vuelta a la normalidad del colegio y la universidad y la vacunación de esa población será clave para frenar el impacto. Pero la vacuna no garantiza inmunidad, tan solo efectos menos agresivos, y el vacunado puede seguir siendo un contagiador y un riesgo para sus compañeros no vacunados. Sí, es un gran paso pero no la solución final.
¿Y cuando será segura la vuelta? ¿Cuándo el virus no circule? Para eso faltan años, muchos, y no es una opción. Como tenemos un montón de estadísticas vamos a intentar racionalizar la decisión y someterla a criterios objetivos. A la hora de escribir esto los datos de mi entorno son estos:
Riesgo de rebrote: 930 (Riesgo alto si >100)
RT (velocidad de contagio): 0.89 (virus crece si >1)
Incidencia a 14 días: 1039 (riesgo bajo si < 250)
Tasa positividad PCR: 20.8% (descontrol de virus si >5%)
No tengo los datos de saturación de UCI en la zona, dato clave y que parece ser el indicador que el gobierno usa como referencia para abrir la mano y permitir actividades. En todo caso, la saturación de las UCIs es posterior a los ingresos hospitalarios, que a su vez va detrás de la incidencia, por lo que probablemente no hemos llegado al pico en ese aspecto. Con estos datos es muy difícil recomendar la vuelta a las oficinas como si nada pasara, pero no estamos tomando una decisión para ahora sino para septiembre. Si el riesgo de rebrote cae por debajo de 100, si la incidencia a 14 dias cae a niveles tolerables, si las UCIs no están saturadas, ¿por qué no volver a las oficinas? Sí, con cuidado, con fórmulas mixtas de teletrabajo para que no haya aglomeraciones, con distancia, sin comedores masificados, con sentido común y con cuidado de no crear dogmas porque es posible que haya una sexta ola y tengamos que desdecirnos.
El riesgo 0 no existe y habrá que tomar decisiones. Cabe recordar que hace un año estábamos valorando la vuelta al cole de los niños, y muchos la criticamos cuando la realidad ha demostrado – en mi opinión – que fue una decisión acertada para la normalización. Lo mismo que la vuelta a las oficinas ahora, petición que no solo hacen las empresas sino muchos de los afectados, hartos del distanciamiento emocional con compañeros, de lidiar con problemas a través de Teams, del enclaustramiento laboral, del impacto familiar que supone la presencia continua en casa; estoy convencido de que los propios trabajadores aplaudirían medidas como una vuelta progresiva a las oficinas con un par de días por semana de teletrabajo, y con flexibilidad por ambas partes.
¿Habrá discriminación porque algunos tengan que volver fulltime y otros puedan teletrabajar parcialmente? No veo la forma de teletrabajar parcialmente para alguien que necesita un equipo especial para su trabajo; le permitiste llevárselo durante la pandemia pero ahora no es operativo andar arriba y abajo cada semana con un equipo grande y costoso. Por lo tanto, habrá que explicarlo y aceptar que unos podrán y otros no. Y apechugar con las malas caras.
¿Y el Gobierno qué? Pues yo echo de menos alguna directriz ya que seguimos anclados en la recomendación del teletrabajo. Si fueron valientes con la decisión de los colegios, no entiendo por qué ahora dudan.
¿Deberíamos pagar por cada día que el empleado teletrabaja? Este es uno de los puntos que quedan por resolver; la norma dice que debería pactarse la compensación al empleado por los gastos en que incurre en casa, y no es menos cierto que también tiene algunos ahorros; estoy seguro de que llegaremos a acuerdos racionales, bien en negociación a nivel empresa, bien en acuerdos sectoriales (por ejemplo, el sectorial de Químicas recientemente firmado recoge una compensación estándar y abre un camino que muchas empresas adoptarán o mejorarán).
Entonces, ¿volvemos a la oficina? Mi consejo es tenerlo todo preparado para retornar al trabajo en la oficina después del verano, asumiendo un teletrabajo parcial de dos días por semana para conciliar más efectivamente y permitir ocupaciones de un 60% en las oficinas; por supuesto, esto implica un análisis cuidadoso de cada puesto de trabajo para adaptarlo a la nueva realidad, con mamparas, mascarillas FFP2, normas estrictas para reducir la movilidad interna y evitar grupos, ventilación, etc. Es posible que esto sea un proceso y el primer día no esté todo listo, pero debemos caminar decididamente hacia ello. Y estemos listos para revisar esta decisión si no doblegamos el virus o se produce otro repunte y aparece una nueva ola u otra cepa, pero este es el camino hacia la normalidad y no deberíamos dudar.