Un individuo que ha aprendido y entrenado una habilidad particular, y es capaz de construir o crear algo basado en su base de conocimientos de esa habilidad, se considera un individuo cualificado.
¿Pero, de verdad una única habilidad resulta suficiente para que una persona cree un proyecto y lo ponga en marcha, ya sea un proyecto de diseño, un proyecto de desarrollo, un proyecto de marketing o un proyecto de redacción?
En una era marcada por avances rápidos, automatización e inteligencia artificial, los trabajadores limitados a una habilidad deben reformular sus carreras profesionales. Las empresas, consecuentemente, también necesitan repensar las competencias que exigen a sus empleados. El cambio de paradigma está moldeando el mundo laboral, con independencia del sector, y como afirmó Charles Darwin hace más de cien años: adaptarse o morir. Supongo que sí que hay cosas que nunca cambian.
Durante la niñez, padres, profesores y nosotros mismos exigimos una respuesta inflexible a la GRAN PREGUNTA: ¿Qué quieres ser de mayor?. Ante tal cuestión, muchos se ven forzados a escoger un camino inexorable: letras, arte, ciencias sociales, empresariales, tecnológicas o naturales. Sea cual sea el sendero a explorar, la fórmula mágica se plantea en singular.
Pero estamos al comienzo de un camino muy accidentado, amigos. Sin fórmulas mágicas ni respuestas de opción simple. A medida que la automatización, la inteligencia artificial, la computación cuántica, la cadena de bloques y las corporaciones multinacionales invaden la fuerza laboral y se apoderan de la economía global, estamos ante una crisis de desempleo en una escala nunca antes vista en la historia de la humanidad.
Con este panorama, la respuesta a ¿Qué quieres ser de mayor? está sufriendo severos recortes. Pero ante tal “desgracia”, se abre un abanico de oportunidades para los trabajadores del futuro, trabajadores multipotenciales.
La demanda de habilidades tecnológicas, sociales y emocionales y cognitivas aumentaran para 2030. Estas habilidades han acompañado la introducción de nuevas tecnologías en el lugar de trabajo, desde la Revolución Industrial, pero la adopción de la automatización y la inteligencia artificial (IA) marcará una aceleración de los cambios incluso respecto al pasado reciente.
Hace menos de un siglo, los operadores de centralitas eran parte integral del funcionamiento de una red telefónica antes de que la tecnología moderna los volviera obsoletos, y su existencia se viera limitada a Las Chicas del Cable. Ahora, nuevos trabajos emergen entre plataformas como TikTok (tiktokers), YouTube (youtubers) o incluso en diversas redes sociales, gestionando las mismas para una buena presencia corporativa online (community manager).
La necesidad de algunas habilidades, como las tecnológicas, así como las sociales y emocionales, aumentará, incluso cuando disminuya la demanda de otras, más físicas y manuales. Estos cambios requerirán que los trabajadores de todo el mundo profundicen sus habilidades existentes o adquieran otras nuevas. Las empresas también deberán repensar cómo se organiza el trabajo dentro de sus organizaciones.
El 50% de todos los empleados necesitarán volver a capacitarse para 2025, a medida que aumente la adopción de tecnología, según el Informe sobre el futuro del empleo del Foro Económico Mundial. El pensamiento crítico y la resolución de problemas, encabezan la lista de habilidades que los empleadores exigirán en los próximos cinco años. Este año, por ejemplo, han surgido nuevas habilidades de autogestión como el aprendizaje activo, la resiliencia, la tolerancia al estrés y la flexibilidad.
Los empleados del futuro deberán contar con cualidades, en plural sí. Ya no vale tener cinco másters en dirección de empresas, ni dos carreras en comunicación. La personalidad cuenta, una actitud proactiva, iniciativa, la capacidad de enfrentarse a nuevos retos, o el dominio de múltiples lenguas es, inevitablemente, esencial para sobrevivir a un mundo laboral abstracto.
Poder navegar entre diferentes áreas de conocimiento será fundamental para los empleados del futuro, las empresas y, en general, para la reformulación del mundo laboral. Ahora, después de leer este artículo, verbalizar la pregunta maldita a sus hijos no encaja en el CV de padre del S.XXI. Quizás, y solo quizás, la indecisión sea un must para el futuro laboral de las nuevas generaciones, eso sí, ¿quién no ha querido ser bombero? Al fin y al cabo, trabajar en una empresa consiste en apagar fuegos.